AL MAESTRO
Ser maestr@ , es nacer iluminado , es llevar una llama en el pecho, es buscar la luz en lo más oscuro y triste, es derramar fuego en lo más inhóspito.
Es bajar a lo más profundo del hombre y extraer de ello sus más preciosas gemas.
Maestr@ son, los que no olvidan a los alumnos que se deforman y entristecen en las escuelas comercializadas que no logran alcanzar lo que ofrecen.
Es quien ama entrañablemente a los niños y jóvenes pues por ellos pronuncia palabras de vida con la misma sencillez y naturalidad con las que pronuncia u pajarillo que canta; la estrella que brilla; el arroyuelo que murmura.
La misión del maestro lleva en si, sin hipérbole, el esfuerzo titánico de los atlantes, pues debe cargar sobre sus hombros el destino del mundo en un constante ascenso de la cultura y del progreso hacia la culminación de la libertad.
Bendita sea hoy y siempre la azarosa faena del maestro.
Que su paso por los senderos de la patria avancen sobre las huellas imborrables del Sembrador de Nazaret y que el divino aliento del Sermón de la Montaña estimule su jornada y vivifique su espíritu.
“Ustedes maestr@s son la luz del mundo y la sal de la tierra”.
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